Diez maneras de esconder un rinoceronte

Es algo que le puede pasar a cualquiera: De repente tenés que esconder un rinoceronte.
Quizá un martes lo encontraste perdido comiendo las flores del puesto de la esquina y antes de que el florista salga a los escobazos gritando “fuera bicho”, vos te escabullís con el rinoceronte y te lo llevás a tu casa en el asiento de atrás de la bici. Pero cuando estás por pedirle permiso a tus padres para quedártelo, te das cuenta de que sería mejor esperar al fin de semana, para que ellos estén descansados y de buen humor. Entonces sí o sí tenés que disimular al rinoceronte. Al menos hasta que llegue el momento justo de
conversar en familia sobre quién se va a ocupar de sacarlo a pasear.
Si algo así te sucede, no te preocupes: hay varias formas de esconder un rinoceronte.

Publicado por Quipu.