El que empiece a leer
tratando de buscarle la quinta pata al gato,
mejor será que busque en otro lado.
Acá no hay gatos, hay monstruos.
Y sí: algunos tienen cinco patas.
El que empiece a leer
esperando que lo convenzan
de que los monstruos existen,
mejor será que lea otra cosa.
Acá nadie quiere convencer a nadie.
Eso sí: puedo perdonar
que no se entienda lo que cuento.
Puedo perdonar que a muchos los aburra
o que a nadie le interese.
Pero lo que realmente me ofendería
es que duden de lo que digo.
Porque todo acá es verdad.
tratando de buscarle la quinta pata al gato,
mejor será que busque en otro lado.
Acá no hay gatos, hay monstruos.
Y sí: algunos tienen cinco patas.
El que empiece a leer
esperando que lo convenzan
de que los monstruos existen,
mejor será que lea otra cosa.
Acá nadie quiere convencer a nadie.
Eso sí: puedo perdonar
que no se entienda lo que cuento.
Puedo perdonar que a muchos los aburra
o que a nadie le interese.
Pero lo que realmente me ofendería
es que duden de lo que digo.
Porque todo acá es verdad.
Y puedo jurarlo: lo juro por mis monstruos.
Así, con esta pequeña advertencia comienza Lo que sé de mis monstruos. Una serie de confesiones noveladas sobre todo el conocimiento que he adquirido sobre monstruos en lo que va de vida.
Una novela de Ediciones SM.